Junto con ello, el ministro puntualizó que la reforma persigue "avanzar en justicia tributaria, elevando el aporte del 3% de mayores ingresos, mientras que el 97% restante no verá alzas de impuestos".
Otros objetivos que destacó Marcel fueron el simplificar y reducir horas de cumplimiento tributario, "lo que se logra al reestructurar el impuesto a la renta avanzando hacia un sistema semi dual fácil de administrar; e incentivar la inversión en actividades que aumentan la productividad de empresas y la economía en general".
Beneficios para la clase media
Según explicó el Gobierno, la reforma contempla nuevos beneficios para la clase media, al "reconocer algunos gastos imprescindibles" que deben efectuar las familias.
Se contemplan dos casos en que las personas naturales podrán efectuar deducciones de su base imponible de impuesto personal: el gasto por arriendo con un tope de 8 UTA ($450.000 al mes); y el gasto asociado al cuidado de menores de 2 años y personas con grados de dependencia severa, con un tope de 10 UTA ($550.000 al mes).
Impuesto a la riqueza
Respecto al impuesto a la riqueza, dijo el secretario de Estado, se consideraron tres elementos para su implementación.
A partir de ellos, se propone un impuesto a la riqueza al cual quedan sujetas las personas naturales con domicilio o residencia en Chile, por su patrimonio, tanto en Chile como en el extranjero, que exceda de 5 millones de dólares.
Concretamente, se buscará modificar las exenciones que mantienen los fondos de inversión. Los fondos de inversión privados serán contribuyentes del IDPC, "salvo aquellos que inviertan en capital de riesgo". Por su parte, los fondos de inversión públicos mantendrán la exención de IDPC, "pero la distribución de dividendos hacia personas jurídicas será gravada con IDPC, y se modifica la tributación de los aportantes no residentes quienes pasarán a tributar según las reglas generales".