A modo de antecedente, los legisladores aseguraron que "el poder de fuego de los traficantes se ve alimentado por, nada más y nada menos, que un millón de dólares diarios, que es lo que gastan los usuarios de las tres sustancias de mayor prevalencia de consumo en Chile y el 80% corresponde a cannabis".
Acusan además que "la persecución de las fiscalías y de la policía nacional se ha concentrado, desgraciadamente, en forma particular en usuarias y en usuarios de cannabis. Casi el 70% de las detenciones por Ley 20.000 corresponden a faltas de porte, consumo y cultivo para uso personal y no a los delitos de tráfico y microtráfico. Esto implica una inmensa desviación de recursos públicos que deben con urgencia orientarse a perseguir el crimen organizado".
Por lo anterior, anunciaron que "como parlamentarios y parlamentarios nos ponemos firmes para legislar una nueva Ley de Drogas . Queremos alejar a los consumidores de cannabis de las redes del narco".