Las universidades chilenas han tenido que pasarse a la educación online de forma forzada y repentina debido a la suspensión de clases por la pandemia del coronavirus, un formato que según los centros llegó para quedarse, pero siempre de la mano del ambiente presencial del campus.
Desde que el 3 de marzo se detectó en Chile el primer caso de coronavirus, las autoridades sanitarias han decretado diversas medidas de seguridad en el país, entre ellas la suspensión de clases de primaria y secundaria, pero no las universitarias, y estas pasaron rápidamente a un modelo de didáctica telemática.
Un sistema que ya habían tenido que implementar de forma obligatoria durante el final del curso anterior en el marco de las protestas en Chile en contra de la desigualdad social desde octubre de 2019, en las que al menos murieron 30 personas y miles resultaron heridas y detenidas por las fuerzas del Estado.
Esta adaptación previa ha supuesto que la llegada del SARS-CoV-2 a Chile no tomara a la educación universitaria de manera descuidada y que permitiera volver a poner en práctica esas estrategias.
ADAPTAR LAS CLASES PRESENCIALES A FORMATO DIGITAL
La Universidad Católica y la Universidad de Chile, los dos centros tradicionales de referencia en el país y de mayor prestigio internacional, pasaron al formato digital una semana después de iniciar las clases.
En la Universidad Católica fueron los primeros en suspender las docencias presenciales, y desde entonces (14 de marzo) los 32.000 alumnos que tiene están teniendo unas 2.500 clases diarias por internet a través de plataformas, explicó a Efe su rector, Ignacio Sánchez.