Tras la cumbre que se desarrolló en Bogotá (Colombia) por parte del llamado Grupo de Lima, el canciller de ese país, Carlos Holmes Trujillo, fue quien entregó las principales conclusiones del encuentro donde se abordó de manera exclusiva la delicada situación política y social que atraviesa Venezuela.
En ese marco, los integrantes condenaron las "acciones deliberadas del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro" ocurridas principalmente el reciente fin de semana, donde se restringió el ingreso de ayuda humanitaria al país generando graves incidentes en algunos pasos fronterizos.
En esa línea, se acordó pedir a la Corte Penal Internacional (CPI) considerar "la grave situación en Venezuela, la violencia criminal del régimen de Maduro contra la población civil y la denegación al acceso a la asistencia internacional que constituyen un crimen de lesa humanidad".
Además, El Grupo de Lima descartó el "uso de la fuerza" para sacar del poder a Maduro, pero le advirtieron que se abstenga de cualquier acción violenta contra el opositor Juan Guaidó, reconocido por unos 50 países como gobernante interino.
En su declaración final tras una reunión en Bogotá, el grupo reiteró "su convicción de que la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza".