La final de la Copa Libertadores enfrenta este sábado a Flamengo y Athletico Paranaense, un duelo con sabor a revancha para el primero, que perdió la final del año pasado ante Palmeiras, y con tintes de consagración para el segundo, que quiere meterse en el selecto club de los campeones continentales de Brasil.
El Estadio Monumental Isidro Romero Carbo, de Guayaquil (Ecuador), será el escenario de esta final, la tercera consecutiva entre equipos brasileños, lo que da muestra de la hegemonía que ha adquirido el fútbol de Brasil en el panorama sudamericano, con Flamengo y Palmeiras como sus principales exponentes.