El fútbol no tiene límites y el Freestyle mucho menos. Así lo siente Iya Traore, uno de los mejores exponentes a nivel mundial de esta disciplina.
Quienes se hayan perdido por París, sabrán que una de las paradas obligadas de todo turista que se considera como tal, es la basílica del Sagrado Corazón en Montmartre. Los atractivos del lugar son prácticamente infinitos: el templo, la plaza de los pintores y cómo no, Iya Traore.
Es normal verlo jugar con el balón en distintos lugares del mundo, pero desde hace un tiempo que habitualmente está en París. A pesar de que es uno de los mejores, jamás pudo cumplir una carrera como futbolista.
Cuenta la historia, que este hombre nacido en Guinea, se probó en distintos clubes como portero en Francia.
Fue así que disputó un cupo para pertenecer a la plantilla del ESP, París FC y el París Saint Germain. En este último equipo tuvo la oportunidad de probar como cadete, pero no pudo seguir el ritmo de entrenamiento porque su familia sólo quería que estudiara.
Con esa frustración a flor de piel, decidió dedicarse al Freestyle y es, sin duda, uno de los mejores a nivel mundial.