Cabe destacar que la expectación era total en las horas previas al encuentro, ya que varios trascendidos apuntaban a que el encuentro sí se iba a jugar, pero en un horario posterior al original. Puntualmente, se hablaba de un retraso de dos horas (19 horas).
Poco antes de la confirmación, el árbitro del partido, el chileno Roberto Tobar, revisó el campo de juego junto a sus asistentes desplazando el balón sobre el césped. Ahí pudo darse cuenta que no estaban las condiciones óptimas para el juego.
El anuncio al público fue hecho 95 minutos antes de la hora prevista para el encuentro por los altoparlantes del estadio la Bombonera, que ya tenía casi sus 53.000 plazas ocupadas bajo la lluvia torrencial.
Lo preocupante es que según los pronósticos meteorológicos locales, la lluvia no se detendrá durante este fin de semana en la capital trasandina, por lo que aún es una incógnita si este domingo estará apto para este importante duelo.