Un domingo para el olvido fue el que se llevó el volante Marcelo Díaz cuando asistió al Estadio Nacional para presenciar la final de la Liguilla entre la U, el club de sus amores, e Iquique.
El volante de La Roja llegó hasta el recinto de Ñuñoa, su casa por largas temporadas en el cuadro laico, y fue asaltado mientras daba autógrafos y se dirigía a su automóvil.
El jugador, siempre sereno en sus declaraciones, ardió a través de Twitter y publicó dos mensajes haciendo alusión al delincuente y al robo de una cadena.
Inmediatamente, el jugador del Basilea recibió el respaldo del resto de fanáticos de la U, quienes lo consolaron a través de las redes sociales.