"El fútbol siempre da revanchas" es una de las frases más repetidas entre los fanáticos y especializados de este deporte y suele ocuparse para episodios de redención. Este miércoles Nicolás Guerra, abucheado y humillado por los hinchas de Universidad de Chile en la reciente semana tras el penal errado en la eliminación ante O'Higgins en la Copa Chile, salió adelante y brilló en la goleada 3-0 sobre Universidad Católica.
El delantero pasó de villano a figura en apenas siete días y si bien su tanto contra los cruzados no cambiará la percepción que tiene la mayoría de simpatizantes azules hacia él, podría ser el punto de despegue para callar el murmullo y cambiarlo por aplausos.
SILENCIOSO PROTAGONISTA
El césped del Estadio Santa Laura tuvo líneas de protagonismo luego de la renuncia del canchero Patricio Balmaceda, quien aseguró no sentirse escuchado tras las consecuencias de las intensas lluvias. "No se debiera jugar porque la cancha está blanda y porque se corren riesgos que los jugadores se lesionen gravemente", dijo. Lo cierto es que el pasto respondió a cabalidad y salvo algunas zonas más blandas de lo normal, no interfirió en el desarrollo del compromiso.
DOMINADOR DE PRINCIPIO A FIN
Universidad de Chile fue amo y señor del Clásico Universitario de principio a fin o, en este caso, de Concepción a Independencia. El nivel exhibido en la cancha entregó la sensación que nunca existió la pausa de dos meses por los incidentes y el elenco de Mauricio Pellegrino no tuvo mayores sobresaltos.