Nicolás Jarry no tuvo tiempo de lamentarse el haber caído en la final del Argentina Open, pues de inmediato viajó a Brasil para enfrentar un nuevo desafío: ATP 500 de Río de Janeiro.
El tenista chileno tenía vuelo a las 22:30 horas con rumbo a Brasil y por ello llegó al Buenos Aires Lawn Tennis Club con las maletas listas.
Jarry, junto a su esposa, Laura Urruti, hicieron el check out del hotel y se dirigieron al recinto deportivo. Ahí, ella lavó sus poleras en un baño, las colgó en la puerta de la sala de jugadores para que las pudiera utilizar en la final, mientras los bolsos esperaban listos para partir directo al aeropuerto.
Así lo mostró el periodista argentino Marcos Zugasti, quien en su cuenta de X (ex Twitter) publicó fotos: "Update, periodismo de investigación (?): en este momento, la ropa de Jarry se ventilan así al sol en la puerta de la sala de jugadores. Todo listo para ser usadas".