Los investigadores han determinado que "la actividad antiviral de la plitidepsina contra el SARS-CoV-2 se produce mediante la inhibición de una conocida diana (la eEF1A)" y han asegurado que este fármaco ha demostrado "in vitro" una fuerte potencia antiviral, en comparación con otros antivirales (como el Remdesivir), y además con una toxicidad limitada.
El ensayo demostró la reducción de la replicación viral en dos animales diferentes que tenían el coronavirus SARS-CoV-2, y se comprobó una disminución del 99 por ciento de las cargas virales en el pulmón de los animales tratados con plitidepsina.
Los investigadores destacaron que, aunque la toxicidad es una preocupación en cualquier antiviral dirigido a una proteína de la célula humana, el perfil de seguridad de la plitidepsina está bien establecido en humanos. Además, las dosis bien toleradas de este medicamento que se han utilizado en el ensayo clínico contra el COVID-19 son incluso más bajas que las utilizadas en estos experimentos.
La publicación concluye que la plitidepsina actúa bloqueando la citada proteína (eEF1A), que está presente en las células humanas, y que es utilizada por el SARS-CoV-2 para reproducirse e infectar a otras células.
Este mecanismo culmina en una eficacia antiviral también "in vivo": "Creemos que nuestros datos y los resultados positivos iniciales del ensayo clínico de PharmaMar sugieren que plitidepsina debería considerarse seriamente para ampliar los ensayos clínicos para el tratamiento del COVID-19", afirmaron los investigadores.
Actualmente, la biofarmacéutica española PharmaMar está ya negociando con diferentes organismos reguladores el inicio de los ensayos de fase III previstos