Donald Trump parece ser inmune a los escándalos que protagoniza desde hace meses; revelaciones e imputaciones de menor o mayor envergadura le resbalan como un huevo frito por una sartén. Pero el “hombre fuerte” de la Casa Blanca no es un “presidente de teflón”, en el sentido estricto de la expresión. Con las acusaciones en su contra –ya sea sobre prácticas comerciales turbias, una presunta interferencia rusa en la campaña electoral de 2016 o repetidas denuncias de acoso sexual– a menudo ocurre lo mismo: todo el mundo habla sobre ello, incluido el propio afectado. Pero las consecuencias nunca se materializan. Hasta ahora.
Tres mujeres contra Trump
En 2006, Samantha Holvey era una de las candidatas a convertirse en Miss Estados Unidos. Entre 2003 y 2015, este concurso de belleza estaba organizado por la cadena de televisión NBC junto con el empresario y entonces estrella de reality televisivo Donald Trump. En un acto en Nueva York, según Holvey, Trump entró sin anuncio previo en los vestuarios e "inspeccionó” de forma inapropiada a cada candidata. En una entrevista con el presentador de radio Howard Stern el año anterior, Trump ya había confirmado por sí mismo comportamientos de este tipo: “Están ahí, desnudas… esas mujeres increíblemente hermosas. Y yo paso por ahí…”
Rachel Crooks, Jessica Leeds y Samantha Holvey en Nueva York, el 11 de diciembre de 2017.
Rachel Crooks trabajaba en 2005 en una empresa en la Torre Trump de Nueva York cuando, de acuerdo con su testimonio, Trump coincidió con ella en el ascensor y la besó en las mejillas y en la boca contra su voluntad. La empresaria Jessica Leeds, por su parte, sostiene que a principios de los años ochenta se sentó en un avión junto a Trump y él la manoseó "como un pulpo”. "Sus manos estaban por todas partes”, dijo.
Holvey, Crooks y Leeds son tres de las mujeres que ya antes de las elecciones presidenciales de 2016 le recriminaron al entonces candidato Trump el acoso sexual que habían sufrido. Durante la campaña, Trump prometió frente a sus fervorosos seguidores querellarse contra todas esas mujeres. Pasados los comicios, no se volvió a hablar del tema. Esta semana, Holver, Crooks y Leeds repitieron sus acusaciones en un programa de televisión y en una rueda de prensa, exigiendo que el Congreso se ocupara del asunto. Trump reaccionó como se esperaba: