El recientemente detenido capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán admitió haber matado a entre 2.000 y 3.000 personas, entre ellas al mafioso Ramón Arellano, pero negó haber asesinado al cardenal Juan Jesús Posadas, en mayo de 1993.
Las revelaciones de Guzmán fueron difundidas a través de la cadena Televisa que cita a elementos federales que viajaron con el narcotraficante desde Mazatlán, donde fue arrestado, hacia la ciudad de México.
Los agentes lo describieron como un hombre "tranquilo y respetuoso" así como "carismático, franco, con un marcado acento" de su tierra, Sinaloa, pero sin decir malas palabras.
Entre otras cosas, relató que cuando se escapó de la cárcel en enero de 2001, se escondió en el estado noroccidental de Nayarit y luego en su rancho de Baridaguato, Sinaloa.
Sus antiguos socios, los hermanos Beltrán Leyva, lo recibieron bien, pero luego supo que lo querían matar y por eso rompió con ellos, según confesó.