La medida llega después de la muerte de una joven de 15 años, que la semana pasada fue localizada sin vida en los baños de su escuela después de que tomara una pastilla de fentanilo que compró a otro estudiante del mismo centro. La escuela, ubicada en el distrito de Hollywood, abrió durante la noche para una competencia deportiva en la que también precisaron asistencia otros dos alumnos con cuadros médicos similares.
Ante la gravedad del problema, las autoridades sanitarias apostaron por una solución que va más allá de la prevención al suministrar a todos los centros Naloxone, una sustancia que es capaz de frenar los efectos de una sobredosis si se suministra a tiempo por vía nasal o como inyección. De acuerdo con Carvalho, la medicina "es altamente efectiva a la hora de revertir la situación y recuperar la respiración".
Este verano, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una ley que obliga a las universidades a proveer el mismo antídoto porque los casos de consumo de opioides y sobredosis también han experimentado un repunte en los campus del estado.
Otros condados como San Diego, Elk Grove y Palos Verdes han impulsado medidas similares, especialmente ante la preocupación de muchas familias por las nuevas formas en las que el fentanilo está llegando a EE. UU., a veces como pastillas de colores con intención de llegar al público más joven.