Un femicidio en Ecuador que involucra a un venezolano derivó en brotes de violencia contra personas de esa nacionalidad que llevaron al gobierno a hacer un llamado para intentar apagar las muestras de xenofobia, pero también a tomar medidas migratorias más rígidas.
El asesinato de una ecuatoriana el sábado en Ibarra (norte) desencadenó que sectores de la población desalojaran a venezolanos de hoteles, viviendas y parques donde dormían y les exigieran que abandonen la ciudad, principal paso hacia el interior de Ecuador, según medios nacionales.
"El agresor, en este caso, es un ciudadano extranjero, lo que podría provocar una generalización que sólo traerá más violencia. Es momento de recordar que el nuestro también es un pueblo migrante", dijo el lunes el vicepresidente Otto Sonnenholzner.
El funcionario -de ascendencia alemana y libanesa- pidió a la población por radio y televisión "actuar con los demás como quisiéramos que actúen con nosotros".
Sin embargo, también anunció nuevas disposiciones para los venezolanos que ingresan a su país.
"Desde hoy y en vista de que el gobierno venezolano separó a su país de la Comunidad Andina, se requerirá para todos sus nacionales la presentación del pasado judicial apostillado", señaló.
Ante la diáspora de venezolanos, Quito apenas requería la cédula para dejarlos ingresar.
"PERSECUCIÓN FASCISTA"
Entretanto, el gobierno de Nicolás Maduro acusó a Ecuador de alentar la persecución de venezolanos.
"El Presidente Lenín Moreno y su gobierno han incitado una persecución fascista contra los venezolanos en Ecuador. Los hacemos responsables de la seguridad e integridad de nuestros compatriotas", escribió en Twitter el canciller venezolano, Jorge Arreaza.