La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, confesó este jueves que las presiones para no publicar un informe sobre los derechos humanos en China han sido muy fuertes, pero aseguró que nada de eso disuadirá a su organismo de divulgarlo.
El informe se centra en la situación de los derechos humanos de los uigures, una minoría asentada en la provincia noroccidental de Xinjiang y que el Gobierno chino reprimió por décadas, porque considera que es un vivero para el extremismo, al punto que en 2018 se descubrió que había creado gigantescos campos de internamiento para "reeducarlos".
Según Bachelet, esa visita era prioritaria porque era una oportunidad única para ver de primera mano lo que ocurría en el país y tener un contacto directo con familiares de uigures que estuvieron o están en esos campos de internamiento.
En una conferencia de prensa en la que hizo un balance de su gestión, Bachelet indicó que se están revisando los comentarios efectuados por el Gobierno chino al informe, un procedimiento habitual para este tipo de publicaciones y con el que se busca corregir inexactitudes o valorar medidas que podrían no haberse tomado en cuenta.
"Las presiones no definirán como serán las cosas", aseguró.