"Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado", dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende dolarizar la economía y cuestionó la cifra oficial de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura.
Una de sus últimas polémicas fue su defensa durante el debate del domingo de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, por quien siempre ha sentido una gran afinidad y a quien calificó de "gran líder", lo que provocó el rechazo, por ejemplo, de colectivos de veteranos de la guerra de las Malvinas.
Por su parte, Massa estuvo lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.
Disputa por los votos de terceros
Así, en esta segunda vuelta está por ver también cómo influirá la movilización por rechazo que suscitan uno y otro candidato y por quién se decantará el 23 por ciento que votó en primera ronda por Patricia Bullrich, quien al anunciar su apoyo a Milei desencadenó una ruptura con algunos partidos que formaban la coalición Juntos por el Cambio, los cuales se declararon neutrales, así del resto de fuerzas.