Nagasaki, en el sur de Japón, conmemoró este miércoles el 78 aniversario del ataque nuclear que arrasó la ciudad, meses después de que se celebrara la cumbre del G7 en Hiroshima y con un perfil más bajo a causa de un tifón que se aproxima a la zona.
La ceremonia, que normalmente se lleva a cabo frente a la Estatua de la Paz, situada cerca del hipocentro de la explosión, fue trasladada al centro de conferencias Nagasaki Dejima Messe, la primera vez que se celebra en interiores desde 1963, ante la preocupación de los asistentes por la influencia de un tifón.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, que no pudo viajar a la ciudad por ese motivo, envió un mensaje en vídeo en el que decía que "existe cierta división en la comunidad internacional en cuanto al desarme nuclear, en especial, por la amenaza nuclear rusa".
El primer ministro nipón dijo que es importante tomar el impulso de la cumbre del pasado mayo del G7 celebrada en Hiroshima, la primera ciudad en ser bombardeada con un arma nuclear, para promover este desarme.
Al igual que en años anteriores, también se llevó a cabo una ofrenda de flores y agua en memoria de las víctimas, que se realiza en recuerdo a las personas que sufrieron quemaduras internas y externas durante la explosión y que pedían desesperadamente agua al resto de supervivientes para calmar su sed.
El 9 de agosto, la bomba "Fat Man" fue arrojada sobre Nagasaki por el ejército estadounidense y explotó a las 11:02 a unos 470 metros de altura, con una detonación equivalente a 21 kilotones de TNT, dejando más del 40% de la ciudad destruida.
Hasta la actualidad se estima que unas 400.000 personas perdieron la vida en ambas ciudades por el ataque o sus secuelas.