El canadiense Jamie Alexander veía que su hija Ruby se sentía muy incómoda cuando usaba trajes de baño debido a que es una niña transgénero, por lo que él decidió resolver el problema.
Así fue como se le ocurrió la marca de ropa Rubies, en donde se producen trajes de baño diseñados específicamente para la comodidad de niños y niñas trans. Su primer producto fue la parte inferior del bikini de Ruby.