Este viernes se encendió el debate electoral boliviano tras revelarse la supuesta cesión de aguas de Silala a manos chilenas.
La polémica surgió en un comunicado en el que la Cancillería de Bolivia asegura que durante la controversia entre ambos países en la corte de La Haya el Gobierno de Evo Morales "admitió que una parte de las aguas del Silala fluyen de manera natural hacia Chile".
El partido del ex mandatario, Movimiento al Socialismo (MAS), reaccionó con duras críticas al Ejecutivo interino, Jeanine Áñez, culpándola de que hace uso electoralista de la cuestión que en Bolivia es considerada asunto de Estado.
El conflicto en La Haya
El Gobierno de Evo Morales presentó en 2018 una contrademanda a la demanda que Chile había iniciado en 2016. Bolivia argumenta que dichas aguas son de uso exclusivo suyo y que fueron desviadas de manera artificial hacia Chile, en tanto, desde nuestro país sostienen que es un río internacional y que debe ser compartido, lo que finalmente fue aceptado por la Cancillería boliviana.
Así lo explicó el ministro de Relaciones Exteriores Teodoro Ribera Neumann, a través de su cuenta de twitter, que tildó la resolución como una "muy buena noticia" para nuestro país: