Tras 10 años de sequía, el Valle del Elqui comienza a respirar. Las precipitaciones caídas a comienzos de junio en toda la región fueron nieve en la cordillera, alcanzando un grosor de 240 centímetros, lo que garantiza agua para las próximos tres años.
Concretamente, el embalse Puclaro se encuentra ahora al 53% de su capacidad; dato que contrasta con el año 2014, cuando el pantano retuvo el 3% del agua que puede contener.
Los agricultores, quienes tuvieron que tomar medidas drásticas para combatir la sequía en años anteriores, confían en que esta agua sirva para recuperar los cultivos y obtener fruta de mejor calidad.