Sin mencionar al Papa Francisco ni a la Conferencia Episcopal, pero en clara alusión a los cuestionamientos del sumo pontífice hacia las víctimas de Karadima por acusar al obispo Juan Barros de encubrimiento, la ministra vocera de Gobierno, Paula Narváez, hizo un llamado a respetar de manera irrestricta a las víctimas de abusos sexuales, así como a creer en sus testimonios y prestarles el apoyo necesario.
A través de Twitter, la secretaria de Estado además dijo que ninguna "defensa institucional" puede sobreponerse a estos principios: "Es un imperativo ético respetar a las víctimas de abusos sexuales, creerles y apoyarlas. Ninguna defensa institucional puede primar ante este principio básico de una sociedad justa y empática con quienes más lo necesitan".