Un nuevo estudio señaló que los padres que no se molestan en establecer una rutina para hacer dormir a sus hijos podrían perjudicarlos, limitando su poder cerebral.
Científicos de la Universidad de Londres descubrieron que los niños de tres años que se acuestan tarde con frecuencia tienen problemas en matemáticas y lectura de más grandes.
Según los expertos, la falta de sueño puede alterar los ritmos naturales y afectar cómo el cerebro puede incorporar nueva información.
Además, a los niños que se acuestan tarde y a diferentes horas, los padres les suele leer menos antes de dormir y, por lo general, miran más televisión.