El jefe de Naciones Unidas para los derechos humanos la calificó de "inadmisible". Miembros de los dos grandes partidos de Estados Unidos la rechazan. Y un exdirector de la CIA llegó a compararla con la Alemania nazi.
La política del gobierno de EE.UU. separar a los niños de sus padres inmigrantes arrestados cruzando la frontera con México ha levantado una creciente ola de reproches, que arrincona al presidente Donald Trump.
La controversia se volvió una prueba clave de la determinación de Trump de llevar su postura contra la inmigración hasta las últimas consecuencias prácticas, o ceder al mayor cuestionamiento moral que le plantean figuras como la ex primera dama Laura Bush.
Trump ha buscado pasar la presión a la oposición demócrata, al señalarla falsamente como responsable por la separación de las familias migrantes, por negarse a votar las leyes que a su juicio descomprimirían la presión fronteriza.
Pero a la vez él y miembros de su gobierno defendieron la adopción de la política de "tolerancia cero" en la frontera, que lleva a procesar penalmente a inmigrantes que cruzan sin papeles y enviar a sus hijos a centros de detención para menores.
Trump es conocido por sus apuestas arriesgadas, pero muchos creen que esta vez fue demasiado lejos.
"Claramente está teniendo costos políticos muy reales y la pregunta es cuán efectivamente pueden defender esto", advierte Bruce Oppenheimer, profesor de ciencia política en la Universidad de Vanderbilt.
"Podría haber enfermedades, niños morir en accidentes, todo tipo de cosas podrían suceder cuando se trata de tantos niños. Y la responsabilidad de lo que vaya a suceder será de esta administración", dice Oppenheimer a BBC Mundo.
"Abuso" y "tortura"
Las críticas a Trump se endurecieron después que su gobierno indicara el viernes que separó a casi 2.000 menores de sus padres entre el 19 de abril y el 31 de mayo.
Mientras circulaban imágenes impactantes de niños en operativos de arrestos fronterizos, Laura Bush —esposa de George W. Bush, último presidente republicano antes de Trump— se involucró directamente en la polémica.
"Vivo en un estado fronterizo. Aprecio la necesidad de hacer cumplir y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel. Es inmoral. Y me parte el corazón", escribió la ex primera dama en el diario The Washington Post el domingo.
Si ella comparó la situación con los campos de internamiento de japoneses estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial, quien fuera director de la CIA durante el gobierno de Bush, el general retirado Michael Hayden, lo hizo con las prácticas nazis.
" Otros gobiernos han separado madres y niños ", escribió Hayden en su cuenta personal de Twitter, sobre una foto en blanco y negro de un campo nazi de concentración y exterminio en Auschwitz.