Yashir Pinto perece cansado, pero es difícil culparlo.
Recién acaba de jugar un partido amistoso contra Kirguistán que terminó en empate a un gol, pero esa no es la principal causa de su cansancio.
Sobre sus hombros pesa sobre todo el interminable viaje que tuvo que hacer para llegar hasta la capital kirguisa, Bishkek, desde su casa en Coquimbo, en el norte de Chile.
En total fue una travesía que le tomó 32 horas con paradas en Santiago, Madrid y Estambul; un "pequeño" esfuerzo que sabe que tiene que realizar para cumplir con lo que considera un deber y privilegio: jugar para la selección de Palestina.
No siempre fue así, pero cuando se produjo la oportunidad de representar la tierra de su abuelo de la manera menos esperada, Pinto no lo dudó dos veces.
Y su presencia es la que ahora hace ilusionar a una afición que sueña con llegar a un Mundial de fútbol.
Expectativas
Pinto nació en Chile y durante años fue considerado una de las grandes promesas del fútbol chileno.
Brilló en las categorías inferiores del Colo-Colo, el club más popular y exitosos del país, en la misma época que dos de las más grandes figuras del balompié de Chile eran promovidos al primer equipo: Alexis Sánchez y Arturo Vidal.
Pinto tuvo que asumir la responsabilidad de seguir la estela de éxitos que iban dejando los equipos liderados por Sánchez y Vidal, tanto en Colo-Colo como en la selección, y durante un tiempo lo pudo cumplir al anotar ocho goles en 24 partidos en las categorías inferiores de la Roja.
En 2010 fue uno de los jugadores juveniles que fueron invitados por el entrenador argentino Marcelo Bielsa para participar en los entrenamientos previos al Mundial de Sudáfrica 2010.
"Fue una gran experiencia para mí... Tenía 19 años y entrenaba con jugadores como Vidal y Sánchez", le dijo Pinto a Mark Lomas, de BBC Sport.
"Aprendí mucho de Bielsa y me siento afortunado que el me entrenó cuando era muy joven".
"Es un maestro del fútboly cada jugador que ha trabajado con él te dirá lo mismo. Conoce todo sobre el rival, cada jugador, cada debilidad. Te da las herramientas para ser la mejor versión de ti mismo. Está loco, pero está loco por el fútbol", recordó Pinto.
Bielsa, sin embargo, dejó la selección chilena después del Mundial de Sudáfrica.
Y al año siguiente llegó una de las frustraciones que desviaron el rumbo de la carrera de Pinto.
Emigrante del balón
Pinto llegó al Campeonato Sudamericano sub20 de 2011 en Perú como una de las figuras de la selección chilena.
En el debut participó en la victoria contra la selección anfitriona y, tras las derrotas contra Uruguay y Argentina, fue el autor del primer gol de Chile en el crucial triunfo sobre Venezuela con el que se consiguió la clasificación a la siguiente ronda.
Pero, ese año, la "Rojita" fue la única selección en el hexagonal final que no pudo clasificar al mundial de la categoría al perder cuatro de los cinco partidos, incluyendo la goleada que sufrió a manos de un Brasil que contaba en sus filas con Neymar, Danilo, Oscar y Lucas Moura.
A partir de ahí las puertas de la selección absoluta se cerraron y Pinto comenzó a tener problemas para consolidarse en el primer equipo de Colo-Colo, siendo cedido al Ñublense de la segunda división.
Después probó suerte en el Edmonton de la que por entonces era la segunda división del fútbol estadounidenses y arrancó un peregrinaje que lo llevó a jugar en Alemania, Hungría y Malasia, donde se proclamó campeón de liga con el Melaka United.
Durante esa época fue cuando la carrera de Pinto tomó otro giro inesperado, uno que lo llevaría a convertirse en un héroe a miles de kilómetros de distancia del país que lo vio nacer.
Oferta de trabajo
Pinto jugaba en el Ujpest de Budapest, en Hungría, cuando recibió un mensaje de la Federación Palestina de Fútbol invitándolo a jugar para la selección.
"Es divertido porque no conozco muchos futbolistas que utilicen LinkedIn. Creo que eso fue suerte", reconoció Pinto.