Un informe de Naciones Unidas señala que el flujo de combatientes extranjeros a grupos como Al Qaeda o Estado Islámico es más alto que nunca y supone una amenaza para la seguridad global tanto en el corto como en el largo plazo.
Los análisis de la ONU indican que el número de extranjeros que se unen a las filas de los yihadistas subió en más de un 70% entre mediados del año pasado y marzo de 2015.
El reporte, de expertos que monitorean las sanciones de la ONU contra Al Qaeda, dice que más de 25.000 personas provenientes de al menos cien países han viajado a países como Irak, Filipinas, Libia, Siria y Paquistán.