Una imagen clave de la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro país en 1987 es la del obispo de Roma arrodillado en el aeropuerto besando el piso como usualmente lo hacía al llegar a un país por primera vez.
La costumbre de Karol Wojtyla no es un protocolo eclesiástico, sino que una conducta que él mismo instauró y que reflejaba afecto y humildad.
Llegada de Juan Pablo II a Chile
Llegada de Juan Pablo II a Chile
Así lo explica la profesora de Derecho Canónico de la Universidad de los Andes, Anastasía Assimakópulos, quien dice que era parte de su "sello".
“El beso del suelo por parte del Papa Juan Pablo II era un gesto suyo como signo de humildad y de cariño por la tierra que visitaba. Este era su sello y no es una norma o un gesto obligatorio para ningún Romano Pontífice”.
Jorge Bergoglio no continuó esa tradición, aunque la docente de la Universidad de los Andes menciona que ha adoptado otras formas de caracterizar su papado.
"Existen otros gestos del Papa Francisco en los que demuestra estos mismos deseos, por ejemplo el hecho mismo de viajar, usar un papamóvil abierto, el no usar autos caros, entre otros", comenta Assimakópulos, agregando que "cada uno tiene su forma de expresar la humildad, el servicio, el cariño al país que visita y a su gente".