Altamirano fue secretario general del Partido Socialista desde 1971 y senador de la República desde 1965, eso hasta que se marchó al exilio luego del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Así fue como vivió la mayor parte de su exilio en la extinta República Democrática Alemana, hasta su retorno a Chile en 1993, retirándose permanentemente de la política.
Su histórico discurso el día 9 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile en compañía de Miguel Enríquez (MIR) y Óscar Carretón (MAPU) fue interpretado por muchos como un llamado a la guerra civil, siendo el último gran hito político en el país antes del Golpe de Estado ocurrido dos días más tarde.
Una de sus últimas apariciones públicas fue en 2016, cuando asistió al funeral de Patricio Aylwin, quien fue un férreo adversario político durante el gobierno de la Unidad Popular.