Pía Silva ama la repostería y fue así que en medio de la crisis vio la oportunidad de cumplir sus sueño que era dedicarse completamente a este rubro, luego de salir de la universidad durante el estallido social y posterior pandemia abriendo su propio negocio.
Estudió gastronomía, pero en la práctica se dio cuenta que lo salado no era lo suyo y decidió dedicarse a los dulces. Según contó a 24 Horas, ella empezó a hacer productos a pedido, personalizado para los niños. "La idea era que ellos se imaginaran algo y dijeran 'quiero esto' y sorprenderlos con algo cercano a lo que habían pensado para que fueran felices".