"Él era un contador que trabajaba en una empresa. Era un hombre modesto", relata a Informe Especial Moisés Retamales, contador auditor evangélico que conoce al obispo Eduardo Durán desde hace años. En 1976, el obispo compró en Estación Central la primera propiedad que aparece a su nombre. Aún no era pastor ni obispo de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal.
Casi 23 años más tarde (1999), compró en Algarrobo un terreno que entonces costó más de $14 millones. Lo pagó en nueve cuotas, pero en la década del 2000 su situación económica cambió abruptamente.
Su escalada inmobiliaria coincide con su nombramiento como pastor de la Catedral Evangélica de Chile, el año 2003. Lidera 66 templos o clases donde van desde 40 a 2000 miembros.
Dos años más tarde, no compra una sino que dos propiedades. Una de ellas se ubica en un barrio exclusivo de la zona oriente de la capital, y alcanzó un valor en 2005 de $153.669.150. Actualmente, ahí vive Raquel Salinas, esposa aún de Durán Castro.