Que el 10% de los asientos de una micro estén destinados a los discapacitados, que tengan rampas o elevadores, espacio para silla de ruedas e incluso permitir el acceso de perros guías, son algunos de los cambios que necesitarán realizar la mayoría de los taxibuses para el 2018.
Aunque en la Región del BioBío decidieron que esperar seis años era demasiado. La Seremi de Transportes, Senadis, gremios y asociaciones de discapacitados ya trabajan para terminar con las barreras a las que se enfrentan diariamente los minusválidos.
La idea es realizar campañas informativas y empezar en terreno modificando, en una primera instancia, los paraderos.
El objetivo es que ese 15,1% de discapacitados de la región se sienta realmente integrado.