Dos doctoras y un reducido equipo de apoyo ha debido hacerse cargo en los últimos meses del departamento de Psiquiatría Infantil del Hospital Regional de Temuco. Una situación que ya no dio para más, pacientes y funcionarios se manifestaron exigiendo mejoras debido a que no se están realizando atenciones medicas como se merecen los niños.
12 años tiene Alexis, sufre de síndrome de Cornelia de Lange para que lo sepa es un raro e irreversible trastorno malformativo congénito. Para su madre una lucha constante, que podía sobrellevar con las terapias psiquiátricas y físicas que recibía su hijo, pero esa rutina se cortó hace un tiempo cuando las horas medicas en Psiquiatría Infantil pasaron a ser de un par de semanas de diferencia, a meses. La razón la alta demanda y el escaso personal, que incluso nos contaba el pasado jueves amenazaba con renunciar.
Sin las terapias este chico sufre de fuertes ataques, reacciones que hoy la tienen al borde de un colapso. Su hijo necesita medicamentos que económicamente le cuesta conseguir, pero sobre todo necesita la compañía de una especialista que entienda lo que él esta viviendo.
La molestia, la preocupación el cansancio, también es compartido por quienes trabajan en el propio departamento de Psiquiatría Infantil; Dos doctoras, una Psicóloga, una terapeuta, un asistente social es todo el equipo que trabaja media jornada en este lugar, ahí se deben arreglar con más de 200 pacientes de toda la región.
En la dirección confirmaron que la escasez de profesionales del área es el gran impedimento. Se han hecho llamados a concursos, pero no hay postulantes. Pese a eso esperan este 2013 mejorar el presupuesto y aumentar la dotación de apoyo a las dos doctoras encargadas.
Un conflicto que hoy afecta a un centenar de pacientes, y que tiene en vilo el trabajo de profesionales de la salud que dicen estar cansados de terapias y controles a medias. El problema claro, está más arriba, en mejoras a la salud de nuestro país, en conseguir especialistas y más aún en que ellos estén dispuestos a trabajar por el sistema público que busca motivar a estos profesionales médicos a ayudar a chicos como Alexis y su madre que sin estas terapias, deberán dejar de luchar.