La Corte de Apelaciones de Valdivia acogió la solicitud de la defensa del carabinero que disparó y mató a Francisco Martínez, reduciendo la medida cautelar de arresto domiciliario total por la de arraigo nacional con firma quincenal.
De esta forma, Juan González Iturriaga podrá estar en libertad mientras se realiza la investigación que, determinó el tribunal, durará cuatro meses.
La decisión fue tomada por el tribunal en una votación de dos contra uno.
Recordemos que la parte querellante había solicitado una apelación verbal, inmediatamente concluida la audiencia de formalización del día lunes, para intentar modificar la medida cautelar a una prisión preventiva.
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El inicio del proceso judicial
Durante este lunes, se llevó a cabo la audiencia de formalización contra el carabinero Juan González Iturriaga, acusado de matar al joven malabarista Francisco Martínez durante un control preventivo de identidad, en la comuna de Panguipulli, acusándolo de ser autor de homicidio simple.
En horas de la tarde y tras un largo receso, el juez del Tribunal de Panguipulli explicó su decisión final, destacando el testimonio de una testigo que estuvo presente "desde el inicio del procedimiento policial que acabó en la muerte del afectado".
De acuerdo a ese testimonio, "al momento que el imputado toma la mano del afectado, hace uso de uno de los machetes que portaba para intentar agredir con el mismo al imputado" y que, por esa razón, el funcionario retrocede y desenfunda su arma de servicio.
Para el juez, el "afectado intenta agredir con el elemento que portaba al efectivo policial".
En ese sentido, explicó que la amenaza correspondería, según señaló, a un "nivel cinco de agresión activa potencialmente letal que contempla el protocolo de acción policial", dado que "intenta agredir derechamente a un policía (...) haciendo uso de un arma blanca consistente en uno de los tres machetes".
La información recabada por el tribunal, le permitió al magistrado sentenciar que por el material metálico, "en el evento de ser usado como arma (...) el eventual resultado de dicho uso mantiene carácter potencialmente letal" ante posibles golpes en cabeza o cuello.
A juicio del Juzgado de Garantía, esta situación "habilitó al efectivo policial para hacer uso del arma de servicio".
Eso sí, el juez estimó que el último disparo, el que dio muerte a la víctima, no está amparado por el derecho y es un "exceso policial en el uso de la fuerza".
En definitiva, el Tribunal estimó que se configura la tesis del homicidio simple en grado de consumado y en calidad de autor del imputado. Se decretó arresto domiciliario total y cuatro meses de investigación.
Por su parte, los querellantes decidieron que apelarán a la resolución respecto a la medida cautelar.
Fiscalía: malabarista recibió un sexto "e innecesario disparo" que le provocó la muerte
De acuerdo al relato efectuado por el fiscal jefe de Los Ríos, Juan Agustín Meléndez, el imputado percutó seis disparos, siendo un "el último innecesario en la parte torácica", el que le causa la muerte de forma instantánea".
"El disparo letal es el último, el cual, cuando se describa, le puedo señalar en un lenguaje no médico que es uno que da en el corazón", agregó Meléndez.
En dicho momento, el persecutor indicó que el imputado, junto a dos uniformados más, se acercaron a Martínez y le solicitaron su carnet de identidad, pero que este se negó y comenzó a amenazar a los policías usando los machetes que portaba.
Asimismo, el Ministerio Público señaló que es en este contexto en que González Iturriaga disparó al aire, lo que no amedrentó a Martínez.
Abogado querellante: "El último disparo constituye una circunstancia alevosa"
El abogado querellante, Rodrigo Román, indicó que "en ningún caso, un control de identidad puede ser con pistola en mano (...) El fiscal jefe acaba de aclarar que el último balazo fue directo al corazón, en esa región. Un disparo absolutamente innecesario, por decirlo menos e informalmente, desproporcionado. Aquella circunstancia da cuenta indudablemente del agravante espefícico del homicidio: es alevoso (...) Cuando se va a actuar en legítima defensa o cuando no se tiene el ánimo de matar, normalmente los disparos van hacia las extremidades inferiores, las piernas".
La versión de los policías, de que se habría defendido legítimamente porque habría recibido un machetazo en su gorra, es una cosa que está por verse. Lo cierto es que no logramos apreciar que la gorra saltara a ninguna parte, no fue fijada fotográficamente por la policía, nada de eso".