Nunca pensaron que un viaje en metro se transformaría en un angustiante recuerdo.
Eso fue lo que le ocurrió a Denisse Olivares y a su marido luego de que el domingo pasado quedasen separados de su hija de sólo siete meses, quien quedó en su coche sola y a bordo de un tren del Metro de Valparaíso.
Todo ocurrió en la estación Quilpué, donde ambos esperaban el momento de subir al vagón. "Permanecimos detrás de la línea amarilla mientras se acercaba el metro y cuando abrió sus puertas salió un grupo de personas, pero no muchas porque era domingo, entonces mi esposo metió el coche al vagón y en ese momento empezó a sonar la alarma del cierre de puertas", relató Denisse a La Estrella de Valparaíso.
La mujer dice que el momento entre el sonar de las alarmas y el cierre de puertas fue tan rápido que no pudieron hacer más que comenzar a golpear el tren y pedir ayuda a los otros pasajeros, que miraban desde el interior o gritaban para alertar al conductor.
Luego de ver cómo la pequeña se alejaba a bordo del vagón, los padres avisaron a una funcionaria de metro que les comunicó que había hablado con el conductor, por lo que ambos esperaron el siguiente tren para ver a su hija en la siguiente estación.
"Fueron los 12 minutos más angustiantes, imagínate, pensando en cómo estaba ella. Afortunadamente cuando llegamos la habían bajado del tren y estaba con tres músicos que trabajan en el metro y que la tenían entretenida", contó Denisse al medio local.
Después de la experiencia Denisse plantea la necesidad de hacer un cierre de puertas más lento, y además cuestiona la actitud del conductor que continuó su recorrido a pesar del incidente que vivió ella y su esposo.
Foto: Agencia Uno.