Su nombre es Ricardo Vilches, un hombre que estuvo internado debido a un diagnóstico de COVID-19, 349 días para ser exactos.
Su condición de salud lo tuvo con respirador mecánico y, posteriormente, se le realizó una traqueotomía, un procedimiento que venía con secuelas. Es por ello que vivió un largo proceso de rehabilitación.
Kate Doll, enferma de la Unidad de Tratamiento Intensivo (UTI) del Hospital de Coquimbo, fue una de las tantas personas que vio su evolución. Todos los días pasaba diciendo “hola” a Ricardo, sin encontrar respuesta.
Pero un día la esperanza se adueñó del lugar, porque finalmente el hombre contestó al saludo, diciendo un pequeño “hola”: “Escucharlo hablar fue como bien emocionante. Que saliera su voz” contó Kate en una entrevista con LUN.
Desde ese entonces, Vilches comenzó a recuperarse lentamente tras la pesadilla vivida en carne propia: “Estuvo sedado, conectado a ventilación mecánica e hizo varias sobreinfecciones sobre su mismo cuadro viral por el COVID”, sostuvo la enfermera.
Tras superar la etapa más difícil, Ricardo logró volver a su hogar, donde estaba todo preparado para que su salud mejorara. Un kit de oxígeno y un ventilador mecánico fueron parte del regreso.