Un trabajador está desnudo frente a sus compañeros de trabajo. Las manos están maniatadas con su propia ropa y, una vez más, el jefe ordenó grabar esta sesión de tortura. José cometió un error laboral por el que iba a recibir castigo. Hay un semi círculo, algunos deben reír, mientras que a otros se les ordena grabar.
A grandes rasgos, así era la dinámica a la que fue sometido por años un trabajador de la empresa "Don Hugo", perteneciente al empresario argentino Hugo Larrosa.
"Era sometimiento forzado. Me inmovilizaba y aprovechaba de hacer tocaciones. Yo creo que era su juguete. Tenía que tolerar todo esto contra mi voluntad. Yo no sabía lo que iba a hacer, nunca sabía lo que se venía. Yo sólo quería que terminara y fue tanto el dolor que no pude contenerme y me oriné", es parte del crudo testimonio de la víctima de estos abusos, sobre los cuales existirían alrededor de 500 videos.
Lo más increíble es que la justicia chilena conoce estos antecedentes hace más de dos años, y no ha hecho nada. Tiene estos mismos videos, y sólo ha recibido a José en una oportunidad.
La empresa se encuentra en la zona industrial de Santiago, a minutos del centro. Hoy, los empleados trabajan en silencio y esconden un secreto. Sin embargo, los ex compañeros de José, conscientes de los riesgos, se atrevieron a revelar esta situación.