El pasado fin de semana, Emiratos Árabes Unidos logró provocar lluvia de forma artificial para poder mitigar la ola de calor del hemisferio norte.
Mediante el uso de drones, produjeron descargas eléctricas en las nubes, logrando que lloviera torrencialmente en Dubái.
Desde la tierra, los operadores comandan los artefactos y los controlan para que vuelen a baja altura y dejen caer en las nubes partículas sólidas de sal o yoduro de plata.
Ello, altera el equilibrio y provoca que las gotas en las nubes se fusionen, llegando a que eventualmente se produzca la lluvia.