En un lindo y soleado día de Noruega, especialmente para practicar deportes náuticos, dos embarcaciones van a confiadas por las aguas de un estrecho hasta que, mucho más tarde de lo necesario, los tripulantes notan que el puente frente a ellos, comienza a descender, lentamente, pero demasiado rápido para cuando se está encima.
Un descuido que no tuvo heridos que lamentar, pero sí un dolor de cabeza para el capitán de este pequeño navío.
El resultado: un barco de vela sin vela.
Revisa el video.