Un niño chino de cuatro años de edad debió ser rescatado por bomberos luego de quedar colgando peligrosamente desde una ventana de un segundo piso. La cabeza del menor quedó atrapada entre los barrotes de protección, cuestión que paradójicamente lo que lo salvó de la caída.
El caso ocurrió en una ciudad del suroeste del país, según la televisión estatal china.
El niño estaba parado en el borde de la ventana mirando a su hermana jugar en la calle. Accidentalmente enredó su paso, perdió el equilibrio y cayó por el espacio entre los barrotes de protección y el muro.
Su cabeza, providencialmente, no cupo por el estrecho espacio.
La hermana del niño, asustada por el accidente, corrió a su casa y pidió ayuda a sus vecinos.
Uno de ellos retorció una sábana para convertirla en una especie de cuerda que sujetara el cuerpo del niño y su peso no lesionara su cuello.
Otro vecino logró subir por una escalera y sostener el cuerpo del muchacho con su hombro mientras llegaban los bomberos.
Los bomberos cortaron los barrotes para liberar al muchacho. El rescate se llevó a cabo en cerca de diez minutos.