"He comido, he seguido haciendo deporte, incluso he intensificado mis sesiones y he podido disfrutar. He dejado de pasar una hora en el restaurante dándoles vuelta a 'ay, maldición, me apetece una hamburguesa', pero 'no, eso no está bien, tengo que tener cuidado, tomaré una ensalada con la salsa aparte, sin tocino, sin queso y sin pan, gracias'", comenzó escribiendo.
Según cuenta, cuando bajó de peso y siguió estrictas dietas y rutinas de ejercicios, entendió que podía querer su cuerpo tal y como es. "Un día lo entendí, entendí que me quería lo bastante como para infligirme todo eso (...) Entendí que tenía derecho a querer mis michelines, entendí que tenía derecho a ser", explicó.
En la imagen indica que, entre su foto de la izquierda y la de la derecha, se queda con la de la derecha porque es en la que está más feliz, donde "sabe apreciar cada evolución" y no pensando que "nunca está demasiado delgada, ni demasiado feliz".