Es cierto que los virus y bacterias están presentes a lo largo del año, pero en invierno es cuando más se presentan los brotes infecciosos y complejos.
Más allá de las habituales gripes e infecciones de las vías respiratorias como faringitis, sinusitis o bronquitis, existe otra gripe a la que deberías prestar atención este invierno: la llamada "gripe estomacal" o norovirus, también conocido como el causante de la intoxicación alimentaria.
Al entrar en contacto con este virus, el cuadro clínico suele tener una duración de uno a tres días y sus principales síntomas incluyen diarrea, vómitos, náuseas, dolor de estómago, posible dolor de cabeza y escalofríos.
LO QUE ALBERGA LA COCINA
Según un informe publicado por el Instituto de Salud Pública de Chile, este virus reconocido mundialmente coo una de las principales causas de gastroenteritis aguda, suele tener una mayor incidencia en los brotes en los meses de invierno.
El norovirus es extremadamente contagioso y suele presentarse en ambientes cerrados y con agua, donde sobrevive largo tiempo.
Por lo mismo, la cocina puede ser uno de los focos más importantes dentro del hogar a los que hay que prestarle atención, ya que a través de los alimentos es como este virus llega.
Los alimentos más comunes en los que el norovirus puede estar presente son los vegetales con hojas como la lechuga, las frutas frescas y mariscos.
"Sin embargo, puede contaminar otros alimentos y superficies al entrar en contacto con ellos, provocando una contaminación cruzada", indica Daniel Nuñez, Chef ejecutivo de Unilever Food Solutions.
Otros lugares en que se acumulan las bacterias son el lavaplatos y la esponja de lavar. Esta última puede albergar hasta 200 mil bacterias más que un inodoro, según un estudio publicado por el Journal of Environmental Health.
CÓMO PREVENIR UN CONTAGIO DE NOROVIRUS Y OTRAS BACTERIAS
- Lava bien las frutas y vegetales, y cocina los mariscos adecuadamente antes de comerlos.
- Desinfecta las superficies posiblemente contaminadas de la cocina, como el mesón y lavaplatos.
- Utiliza detergente antibacterial para desinfectar los utensilios que utilizar para cocinar y para evitar la proliferación de bacterias en tu esponja.
- Si ya contrajiste el norovirus, lava bien tu ropa y lencería que pueda haberse contaminado en el ciclo de lavado más largo de la lavadora y luego sécalos con secadora.
- Si sueles cocinar para más personas, evita el contacto con alimentos hasta tres días después de haberte recuperado para no contagiar a otros.
Foto: Npr.org