Una brutal anorexia dejó en silla de ruedas a Emily Brand cuando era sólo una adolescente, la que comenzó a la edad de 11 años. En dicho periodo, fue internada dos veces en centros especializados para lograr tratar su desorden alimenticio, sin resultados muy alentadores. Tanto así, que inclusive rompía las sondas por las que era alimentada.
Según contó al Daily Mail, su obsesión con el peso partió por compañeros de colegios, los que la molestaban con su figura y le decían constantemente frases como "apuesto a que no puedes sentir tus costillas".
"Me obsesioné con el ejercicio y empecé a saltear las comidas. Iba a la escuela sin desayunar y luego no comía mi almuerzo escolar. En casa, yo simplemente botaba mi cena", contó.