Sus ganas de vivir han derribado todo pronóstico médico.
El pasado 27 de agosto, el pequeño Jaxon Buell cumplió un año pese a la anencefalia que padece desde su nacimiento y que le auguraba una muerte prematura.
Su extraña enfermedad provocó que el bebé naciera sin parte de su cráneo y su cerebro, patología que le fue detectada durante su gestación y que incluso hizo que sus padres se plantearan la posibilidad de abortar, según reconocieron en una entrevista con el Dailymail.