Tras los exámenes que confirmaron ese diagnóstico, los médicos le dijeron a su familia que tenía ictus perinatal, debido a que su cerebro había sangrado en el útero, asegurándole que jamás podría hablar y que debería mantenerse internada en una institución especializada.
Debido a esta condición, sus padres la inscribieron en un proyecto de investigación de la Universidad de Nueva York, donde, para sorpresa de los expertos, Helen fue desarrollándose como una niña normal, manteniendo un gran desempeño en deportes y en las asignaturas del colegio.
Incluso, las habilidades del lenguaje, que eran las que más preocupaban a los especialistas, resultaron ser sus "pasiones profesionales", convirtiéndose en una periodista científica dedicada a la divulgación de la medicina, tras haber estudiado neurociencia, carrera la cual se graduó en 2015.
En el artículo también contó que tras ser dada de alta en el estudio, esta hizo la prácitca con la neuróloga pediátrica Ruth Nass, quien dirigía la investigación en la que estuvo por años. En esa instancia, esta le confesó a Santoro que fue "la peor participante" porque estaba "perfectamente bien".
CIENTÍFICOS SORPRENDIDOS CON EL CEREBRO DE SANTORO
Actualmente Santoro, además de vivir una vida normal, se encuentra participando en el estudio Interesting Brain Project, el cual cuenta con ocho participantes, de los cuales cuatro sufrieron accidentes cardiovasculares perinatales que dañaron su hemisferio izquierdo del cerebro.
Los exámenes demostraron que Santoro, aún sin lóbulo temporal izquierdo, procesa las oraciones con este hemisferio del cerebro.